Cuando se piensa en estrías, seguro que la mayoría de personas piensan en mujeres embarazadas, señoras mayores, al fin y al cabo, de un problema asociado siempre al género femenino. Pero al revés de lo que se piensa, las estrías también son un problema que puede afectar a hombres.
Aunque la aparición del problema puede ser por varios motivos, la más habitual de todas es el estiramiento rápido de la piel. Engordar varios kilos o realizar ejercicio que desarrolle en poco tiempo mucho músculo, someten a la piel a un estiramiento más rápido de lo normal.
Las fibras elásticas y el colágeno que componen la piel se rompen, apareciendo las líneas rojizas que más tarde acabarán convirtiéndose en blanquecinas.
La facilidad para desarrollar estrías depende en gran medida de la predisposición genética de cada persona. Las personas que tienen la piel muy elástica son capaces de engordar y adelgazar sin que ello quiera decir que van a aparecer estrías.
Algunas enfermedades como el Síndrome Cushing pueden desencadenar la aparición de estrías, así como de igual manera se encuentra asociado al consumo de corticoides durante un periodo largo de tiempo.
En los casos en que las estrías sean de color rosáceas, es cierto que hay esperanza, puesto que son más fáciles de corregir. Con el uso de una buena crema cicatrizante, hidrantando de manera regular y usando cremas específicas para el problema, se podrá combatir la aparición de estrías.
Cuidar la alimentación es fundamental para poder mantener la elasticidad de la piel en condiciones óptimas. Es aconsejable incluir en la dieta alimentos como las legumbres, verduras, hortalizas o frutas.
La piel agradecerá este cuidado en la alimentación, ya que se sentirá hidratada desde el interior, a lo que hay que sumarle el consumo abundante de agua. Dos pasos fundamentales para avanzar en el camino de la guerra contra las estrías.