Con la llegada del verano aumenta considerablemente el tiempo que se pasa al aire libre, por lo que los posibles efectos de los rayos del sol se pueden multiplicar de manera considerable. Hay que procurar que la piel no se llegue a quemar bajo ningún concepto, ya que sus consecuencias pueden perdurar para toda la vida. Por esto, vamos a ver la manera de proteger la piel de los más pequeños desde le primer momento.
Si es menor de 6 meses
Para empezar, los menores de 6 meses no deben exponerse de manera directa a los rayos del sol. Su piel es muy sensible a las quemaduras y pueden sufrir de manera fácil un golpe de calor. Hay que evitar, dentro de lo posible, la exposición directa e intentar protegerle con ropa y un gorro. En caso de que sea inevitable, usar protección solar especial para menores de 6 meses y reducir al máximo el tiempo de exposición.
A partir de los 6 meses
Lo recomendable es utilizar un protector solar con un factor de protección solar nunca inferior a 50. Pero además de este nivel de protección, es aconsejable buscar productos que estén formulados sin parabenos o perfumes, ya que algunos pueden crear alergias y picores en las pieles de los niños. A pesar de esto, se recomienda que no se exponga al sol en las horas en las que es más intenso.
A partir de los 3 años
Existen en el mercado productos con un alto factor de protección, ya que mientras más alto sea, mayor será el tiempo que se encuentra protegido de los efectos nocivos del sol. También es necesario volver a aplicar el protector cada dos horas, sobre todo si durante ese tiempo se ha dado un baño o ha sudado, lo que haría perder la efectividad.